Saltar al contenido

Explorando el Submundo Maya: Iconografía y Cosmología del Período Clásico Temprano

La antigua civilización maya, con su intrincada iconografía y compleja cosmología, sigue siendo una fuente inagotable de fascinación. En el marco de los estudios históricos y arqueológicos, un trabajo clave que ilumina esta rica tradición es «The Surface of the Underwaterworld» de Nicholas Hellmuth, un texto que explora los mitos, los dioses y los monstruos que habitan el «Submundo Acuático» de los mayas durante el Período Clásico Temprano (250-550 d.C.). Este texto no solo redefine nuestra comprensión de los mitos mayas, sino que también desafía modelos antiguos sobre la religión y la espiritualidad maya. En este artículo, desglosamos las ideas principales y los hallazgos más destacados de este trabajo monumental.


El Submundo Acuático: Un Lugar de Transformación

Uno de los puntos centrales de la investigación de Hellmuth es la identificación y análisis de un concepto cosmológico clave: la «Superficie del Submundo Acuático». Este término describe una representación visual recurrente en el arte maya del período, específicamente en las cerámicas y murales funerarios. La «Superficie del Submundo Acuático» es un espacio liminal, un punto de encuentro entre el mundo terrestre y el inframundo, que aparece como una banda ondulada decorada con símbolos de agua, como caracoles, peces y flores de lirio acuático. Este espacio no solo es un hábitat para criaturas sobrenaturales, sino también un escenario para la transformación y el tránsito de almas hacia el más allá.

Dioses, Monstruos y Criaturas Mitológicas

Hellmuth dedica gran parte de su estudio a catalogar las criaturas y deidades que habitan este cosmos acuático. Entre los más destacados encontramos:

  • GI del Tríada Palenque: Una deidad asociada al agua y la regeneración, caracterizada por su apariencia pisciforme con aletas en la mejilla y un diente de tiburón. GI aparece en muchas representaciones inmerso en la «Superficie del Submundo Acuático» y es una figura central en la iconografía funeraria del Clásico Temprano.
  • El Monstruo Xoc: Una criatura híbrida con características de tiburón, el Monstruo Xoc es un símbolo de las aguas profundas y un guardián del inframundo. Este ser destaca por su prominente aleta dorsal y su cola en forma de «garra de cangrejo», un elemento estilizado que también aparece en otros contextos mitológicos.
  • El Monstruo del Tocador de Lirios: Este ser lleva un tocado elaborado con lirios de agua y raíces tubulares, que Hellmuth sugiere podrían estar inspirados en anémonas de mar o corales observados por los mayas en las costas del Caribe. Este monstruo combina elementos terrestres y marinos, lo que refuerza la conexión entre el agua como fuente de vida y el inframundo.

  • Deidad Principal del Pájaro: Una figura raptorial que domina el cielo y se asocia con serpientes y otros símbolos celestiales. Aunque tradicionalmente se ha identificado con la narrativa del Popol Vuh sobre «Siete Guacamayas», Hellmuth propone que esta deidad es mucho más que un simple personaje del mito. Su presencia en escenas del inframundo sugiere que tenía un papel clave en los ciclos de muerte y renacimiento.

¿Dioses o Fuerzas de la Naturaleza?

Un aspecto innovador del trabajo de Hellmuth es su crítica a los modelos tradicionales que minimizan la existencia de un verdadero panteón maya en el Clásico Temprano. Durante décadas, algunos académicos argumentaron que los mayas de esta época no adoraban dioses personificados, sino que veneraban fuerzas naturales como el agua, la lluvia y el sol. Hellmuth refuta esta idea al mostrar cómo las representaciones artísticas y los textos jeroglíficos sugieren la existencia de una rica mitología habitada por deidades claramente definidas.

A través de un análisis detallado de incensarios, vasijas funerarias y murales, Hellmuth demuestra que los mayas tenían un sistema teológico complejo, donde las deidades eran representadas con atributos consistentes y asociados a actividades rituales como el autosacrificio, la quema de copal y la perforación de la lengua. Estas prácticas, documentadas tanto en el arte como en los registros etnohistóricos, confirman que los mayas no solo adoraban fuerzas naturales, sino que también las personificaban en divinidades.

La Metamorfosis y la Transformación en el Arte Maya

Uno de los conceptos más fascinantes explorados en el texto es la idea de la metamorfosis. Hellmuth argumenta que las deidades mayas no eran entidades estáticas, sino que podían transformarse en otras formas, como aves, felinos o serpientes. Por ejemplo, el Dios D (identificado como Itzamná en el Clásico Tardío) a menudo se muestra en proceso de transformación hacia un estado alado, simbolizando su capacidad para trascender reinos.

Del mismo modo, el Jaguar Dios del Inframundo (J.G.U.), asociado con la oscuridad y la noche, a menudo se representa en contextos acuáticos, sugiriendo que el agua y el inframundo estaban intrínsecamente conectados para los mayas.


Redefiniendo el Panteón Maya

En un enfoque que combina arqueología, iconografía y etnohistoria, Hellmuth argumenta que el panteón maya del Clásico Temprano era mucho más diverso y estructurado de lo que se había asumido anteriormente. Por ejemplo:

  • El Dios D y el Dios L: Aunque ambos son figuras ancianas, Hellmuth los distingue claramente en sus roles y atributos. Mientras que el Dios D parece ser un gobernante cósmico, el Dios L está más asociado con el comercio, la riqueza y el inframundo.
  • La Continuidad del Clásico al Posclásico: Aunque los códices del Posclásico (Dresde, Madrid, París) contienen una selección limitada de deidades, Hellmuth muestra que muchas de estas figuras tienen sus raíces en el Clásico. Por ejemplo, el «Monstruo Cauac», común en la cerámica del Clásico, aparece en formas estilizadas en los códices.

Implicaciones para el Estudio de la Religión Maya

El trabajo de Hellmuth tiene importantes implicaciones para comprender la religión maya, especialmente en términos de cómo los antiguos mayas visualizaron y representaron lo sagrado. Su enfoque en el análisis detallado de artefactos del Clásico Temprano revela una teología profundamente visual y simbólica, donde cada elemento —desde los peces en las aguas del inframundo hasta los tocados de lirios— tiene un significado cosmológico.

Más allá de refutar teorías obsoletas, Hellmuth nos invita a replantearnos qué significa ser un dios en el contexto maya. ¿Es una deidad solo una representación de la naturaleza o algo más? Su investigación sugiere que los mayas veían a sus dioses como agentes activos de cambio, transformación y regeneración.


Conclusión

The Surface of the Underwaterworld es una obra fundamental para cualquiera que desee profundizar en la mitología y la cosmología maya. A través de un análisis meticuloso de la iconografía y la arqueología, Hellmuth redefine nuestra comprensión del panteón maya y nos recuerda que todavía hay mucho por descubrir sobre esta fascinante civilización. La «Superficie del Submundo Acuático» no es solo un mito antiguo, sino una ventana a un mundo donde los dioses, los humanos y los monstruos coexistían en un delicado equilibrio cósmico.

Si te apasiona la arqueología y el mundo maya, este estudio es una lectura obligada que revela las profundidades de un universo aún por explorar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *